El decano del periodismo sampedrino cumple un siglo. El 6 de enero de 1923, El Imparcial apareció por primera vez en San Pedro. La ciudad tenía sólo 16 años cuando José Montero y José Mórtola idearon el semanario que muy pronto contó con la aprobación de las familias por su información seria, variada y amplia, abarcando no sólo el sector urbano, sino la pobladísima zona rural. Para los hogares fue una compañía los sábados, día de aparición hasta 1968, cuando se lo adelantó un día, hasta que en 1993 se convirtió en bisemanario con salidas de lunes y jueves. Notas sociales, deportivas, comunitarias y una opinión política clara y bien intencionada, motivaron la credibilidad de El Imparcial. Por sus páginas desfilaron plumas talentosas, articulistas e editorialistas que brindaron al semanario la seriedad que lo caracteriza hasta el presente. Actualmente, el único que se mantiene vivo en el papel, y eso también lo simboliza como el medio con mayor trayectoria ininterrumpida en San Pedro; en el país, El Imparcial también ocupa un lugar de privilegio entre las publicaciones con mayor cantidad de permanencia sin pausas.

Demasiado breve esta semblanza para tanta historia y sin mención de quienes más sobresalieron en sus páginas, por el temor al olvido y porque todos fueron valiosos en el momento de acercar sus colaboraciones. Seguro gente más destacada y que tienen mejor visión cronológica del siglo, podrán brindar un panorama más amplio de la prolífica vida de El Imparcial, que resultó clave en el crecimiento de la ciudad, no sólo informando sino mencionando necesidades y apuntalando el progreso exaltando lo correcto o criticando lo que merecía mejorarse o corregirse.

¡Un siglo! ¡Centenario! ¡100 años! Sampedrinos que siempre lo miraron con orgullo, saben de qué se trata.